lunes, 30 de junio de 2014

El mito de los tesoros enterrados

La gente ubica unos cuántos lugares.

Se supone que en esos lugares existen tesoros escondidos, pero en mis pláticas con algunos viejos de la comunidad, algunos ya fallecidos, me han contado historias maravillosas sobre tesoros que permanecen ocultos y que casi nadie sabe sobre su existencia.

El origen de estos tesoros se remonta a épocas antiguas, cuando se manejaban monedas de oro y plata.

Antiguamente, la gente acostumbraba a enterrar el dinero que acumulaba en ollas de barro o pequeños costales de cuero.

En algunos casos se cuenta que el dueño del dinero negociaba con un mozo o se ponían de acuerdo con algún familiar, para que hiciera una excavación en algún lugar de la casa o del campo, y dentro metían el dinero; una vez que el dinero estaba a buen resguardo, el mozo o el familiar era asesinado y su cuerpo se echaba sobre la vasija para que su alma protegiera el dinero.

Acompañaban esta práctica de algunos rituales mágicos para asegurarse de la efectiva protección del tesoro.


Con el paso del tiempo se han venido descubriendo algunos tesoros.

Pero también se cuentan historias terribles de personas a las que ha alcanzado alguna maldición por atreverse a desenterrar algún tesoro.


Existe una fórmula para poder extraer un tesoro sin que le pase nada a uno, pero cuando me la dijeron prometí no divulgarla.

Lástima.


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