lunes, 1 de octubre de 2018

Padre Alberto Ostiz, In Memoriam

El sensible fallecimiento del Padre Alberto  Ostiz, este 29 de septiembre de 2018 en la Casa Hogar San Lázaro, ha consternado a la población del municipio de San Antonino.

Con él se cierra un capítulo de una de las historias fecundas de San Antonino, al tratarse de un hombre que durante varias décadas estuvo al frente del catolicismo, principal culto religioso en este municipio de vocación agrícola y artesanal, caracterizándose por una entrega y una congruencia de predicar con el ejemplo, lo que le ganó no pocos enemigos.

Al ser un líder social que basaba su quehacer en el apoyo a los más necesitados, era inevitable que fomentara relaciones institucionales con el poder para gestionar beneficios para los feligreses y para la población, incluso de otras religiones, por lo que algunas veces resultó incómodo para críticos o políticos que veían mermado su liderazgo.

Entre las grandes contribuciones que dejó para la población de San Antonino, se encuentra el combatir los vicios asociados a las festividades religiosas, el apoyar económicamente y en especie a la población más vulnerable, no sólo de la comunidad sino del distrito de Ocotlán; el haber rescatado a las imágenes religiosas antiguas, mandándolas a restaurar, el haber apoyado, incluso con una gestión internacional, principalmente de España, la construcción del Asilo "San Lázaro", una de sus obras cumbres.

Su obra humanitaria se extiende por haber acogido a madres solteras, huérfanos, personas de la tercera edad y el haber apoyado indiscriminadamente a cuantos le solicitaban auxilio.

Al morir el padre Alberto ha contribuido a la formación de profesionistas y deja actualmente a una decena de niños que está concluyendo la escuela primaria y la secundaria y que él generosamente daba albergue y alimentaba y que siempre lo acompañaban para donde quiera que iba como si fuera el padre generoso que esos chiquillos nunca tuvieron.

A continuación reproduzco unas estampas del Padre Alberto Ostiz en San Antonino Castillo Velasco, al hombre congruente que predicó con el ejemplo, al amigo respetado para quien este humilde aprendiz de cronista le parecía "un poeta", al líder religioso que enfrentando la burocracia eclesiástica evidencio los excesos de la autoridad eclesiástica por su doble discurso.

Descanse en paz nuestro querido y respetado Padre Alberto Ostiz, que en una ocasión me comentó, "cuando yo muera quiero ser enterrado en este pueblo donde descubrí mi segunda patria" Cuando le comenté que si no le importaría descansar entre tonineros, a lo que él me contestó con su inevitable estilo de dicción española: "el toninero nunca descansa, ya habrá también mucho que hacer del otro lado de la vida", dando a entender que él mismo se asumía como toninero, gentilicio popular derivado de Antonino, el gran obispo que gestionaba para contribuir al desarrollo.

Va un ósculo de paz al hombre ejemplar.


martes, 5 de octubre de 2010

Ayuda para morir


Es una hecho real.

Cuando la nueva enfermera del asilo de ancianos de San Antonino Castillo Velasco llegó la semana pasada a su primer día de trabajo nunca imaginó que ayudaría a poner en manos de la muerte a una abuelita.

No se trató de un delito, sino de un acto distinto de la eutanasia y más bien, de estricta ayuda humanitaria.

Lo que sucedió es que una abuelita del asilo, se enfermó por naturales causas de la edad y estuvo agonizante durante varios meses.

En medio de sus dolores pedía ver a su hija que la dejó en el asilo desde hace más de catorce años y que nunca regresó a ver a su mamá, por motivos que se desconocen.

El padre Alberto Ostiz, Director del asilo de ancianos, preocupado por el sufrimiento de la abuelita se dio a la tarea de buscar a la hija de la agonizante, pero no tuvo éxito.

Sensiblemente afectados por esta situación los abuelitos del asilo se reunieron para ver de qué modo podrían ayudar a aliviar el sufrimiento de la madre abandonada, que lo único que pedía era ver a su hija en los momentos finales de su existencia.

Los abuelitos comentaban  consternados que no se iba a morir mientras no estuviera su hija. Y tal vez viendo el reflejo de su propio futuro se ponían a rezar para que un milagro permitiera el retorno de su familiar.

Incluso, algunas abuelitas comentaban que cualquiera de ellas se podría hacer pasar por su hija.

Tarea difícil, porque en medio de su agonía, la señora identificaba con precisión quirúrgica la voz de sus compañeros.

En esas estaban cuando la nueva enfermera del asilo se presentó a su primer día de trabajo en el albergue. El padre Ostiz, sin mayor preámbulo la puso en antecedentes y le sugirió respetuosamente que se hiciera pasar por su hija desaparecida y que le hablara para consolarla y de esta manera aliviar un poco su pena.

Al principio la enfermera se resistió, dijo que no podía engañar así a una señora, que no era ético y después de mil pretextos y el ruego de la comunidad de ancianos, accedió a ver a la enferma sin compromiso.

Los más de veinte ancianos del asilo siguieron a la enfermera al estrecho cuarto y con curiosidad y esperanza contemplaron a la madre agonizante.

La resolana del atardecer que se filtraba por la ventana le daba una iluminación cálida a la sencilla habitación, enfatizando los rasgos de la comunidad de ancianos como en una fotografía antigua en blanco y negro en medio de un silencio total.

La enfermera se conmovió al ver a aquella delgada y pequeña mujer de piel enjuta, con blancos cabellos y palidez extrema, que en medio de quejidos y con antecedentes médicos de desahucio alargaba su agonía con la esperanza de volver a ver a su hija.

Sin pensarlo dos veces la enfermera, profundamente conmocionada tomó la mano de la señora, ante la mirada fija de los consternados abuelitos del albergue, que rodeaban respetuosamente la cama de la enferma, con expectación y esperanza.

--- Madre, no sufras. Dijo la enfermera. ---Aquí estoy yo que soy tu hija y he venido a verte.

Al sentir el calor de la mano y escuchar la nueva voz, sin poder distinguir ya los rostros, la abuelita sonrió y  preguntó:

--- ¿Eres tú hija?

--- Sí madre, soy yo. He venido a verte porque me dijeron que estabas enferma.
La abuelita trató de incorporarse para abrazar a la enfermera pero sólo pudo levantar el antebrazo para acariciar la cabeza de la joven mujer que se inclinó para facilitar el acercamiento mientras decía:

--- Esto no es un sueño, ¿verdad? ¿Eres tú? Dios me ha hecho el milagro y luego irrumpió en franco llanto.

Durante un momento reinó el silencio y la resolana iluminaba con mayor claridad la habitación. La anciana dijo con palabras entrecortadas:

--- Hija, gracias a Dios que volviste. Sólo a ti te esperaba. He sufrido mucho por tu ausencia. Qué bueno que haz venido a ver a esta pobre vieja. Yo ya no puedo más.

Le enfermera se olvidó realmente de que su papel era una representación y con lágrimas en los ojos le contestó:

---No te preocupes madre, te vas a poner a bien, ten fe en Dios. El me ha mandado para que estés bien y volvamos a estar unidas. Ya no te voy a dejar sola.

---Hija, perdóname, perdóname, perdóname por todo.

---No madre, tú perdóname a mí por haberte dejado tanto tiempo. Te prometo que ahora voy a estar contigo. Ya no te voy a dejar.

La abuelita agonizante, con mucha dificultad y pausadamente dijo en medio de sollozos:

---Te perdono hija, tú no has hecho nada malo. Doy gracias a Dios que me permite volver a verte y volver a sentir junto a ti el amor de madre, porque mi amor por ti es como una velita encendida que me mantiene viva iluminando la esperanza de volver a estar junto a ti. Gracias Dios mío porque me hiciste el milagro de ver a mi hija y volver a sentir esa sensación maravillosa como el día en que naciste. Que Dios te bendiga hija mía.

Y dicho esto expiró mientras la enfermera que habiéndose olvidado que aquella mujer no era su madre, irrumpió en llanto y profundamente emocionada abrazaba aquel cuerpo inerte.

El DIF donó un ataúd y el presidente municipal de San Antonino dispensó los gastos para que la señora fuera enterrada en el Panteón Municipal de San Antonino Castillo Velasco.

En el último mes han fallecido por causas naturales tres abuelitos de este asilo de ancianos.

Que descansen en paz.

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martes, 21 de junio de 2011

Memorias de un Quijote Sin Lanza


Es fascinante.

El padre Alberto Ostiz, que consagró toda su vida al sacerdocio en el municipio de San Antonino Castillo Velasco, escribió su autobiografía titulada "Memorias de un Quijote Sin Lanza".

La edición del autor, con las modestas fotocopias encuadernadas, pronto se agotaron y el Padre Alberto prácticamente se quedó sin ningún ejemplar.

Afortunadamente, tuvimos oportunidad de leer su excelente autobiografía escrita con la pasión del hombre maduro que rememora cada paso de su vida desde su tierna infancia en España hasta su larga e interesante experiencia como el Sacerdote del Templo Católico de San Antonino Obispo.

Como sucede con las autobiografías, el padre Alberto Ostiz pinta de manera magistral su entorno en San Antonino y señala las virtudes y los defectos, los tesoros y la escoria de un pueblo que a èl mismo le tocó gozar y sufrir.

El libro es, además, un referente muy importante para conocer la historia contemporánea de San Antonino, desde la perspectiva del liderazgo social que representa el padre Alberto y por qué no reconocerlo, la autocrítica del intelectual que juzga su institución eclesiástica con la autoridad moral del que se mueve en los laberintos de la iglesia en Oaxaca y es injustamente afectado por su propia autoridad.

La autobiografía no tiene pierde y la iremos publicando en entregas, ya que el día de ayer me lo encontré en Bodega Aurrerá de San Antonino y me autorizó verbalmente difundir su autobiografía.

Bien por el Quijote Sin Lanza, indiscutiblemente figura señera de San Antonino Castillo Velasco.

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lunes, 22 de agosto de 2011

Soneto al Padre Alberto

En sus memorias de Un Quijote Sin Lanza, consigna el Padre Alberto (Director de la Casa Hogar para Ancianos "San Lázaro" de San Antonino Castillo Velasco) un soneto que le escribió su amigo Juan José Poe y por cuya belleza y fidelidad lo reproducimos a continuación:

"Un hombre transmutado en pan de amor
y maná para el más desprotegido.
Auxilio del anciano y desvalido,
del pobre y del enfermo. Protector.
Un hombre quijotesco: luchador
en defensa del débil, perseguido
a causa de lo justo, zaherido
como un Cristo viviente. Mediador.
Amable, complaciente, desprendido,
cabal, cierto, paciente y precavido.
Entregado a su afán, tierno y sagaz,
dispuesto a lo que sea por la paz
y en concordias de unión buen juez experto.
Un hombre irrepetible: Padre Alberto.

Poe, junio de 1999.


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martes, 11 de octubre de 2011

La lección de Leónidas

De todo se aprende.

Leónidas es el mote de un respetable varón en plenitud que se hospeda en la Casa Hogar "San Lázaro" de San Antonino, con el que casualmente hablo mientras espero a alguien ahí.

Accede a platicar con el interés del médico que va a practicar una autopsia para esclarecer un crimen.

Mira sonriente con su desdentada boca y responde como él quiere, no lo que podría uno esperar.

Cuenta historias difíciles de creer. Dice que sabe manejar aviones. Que en la época de Carranza el mató a 35 soldados con una granada de mano que envío con una paloma a su campamento. (Desde aquí me doy cuenta de que solamente se quiere divertir conmigo).

Me pide un dulce. Afortunadamente le convido unos chiclets que mastica pausadamente.

Siempre de sonrisa alegre, me dice que estuvo casado siete veces y que todas las veces se le murió la mujer. Presume que tiene ahora una novia muy hermosa de 15 años que está esperando gemelos de él.

Me dedico a escucharlo con interés y respeto.

Dice que una vez se cayó en un pozo profundo, pero lo salvó una serpiente alargadísima que utilizó como mecate para salir de ese lugar.

El tiempo apremia, me disculpo porque la persona que espero no está. Sonríe y cuando voy de salida alcanzo a escuchar que le comenta a otro respetable varón, refiriéndose a mí: "Este cabrón se cree todo lo que le cuentas" y se ríe alegremente.
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viernes, 17 de febrero de 2012

Controversia por el asilo abre la puerta al conflicto social

Es el crepúsculo.

Los rayos del sol simétricamente proyectados sobre el fondo azul parten el cielo dándole, por efecto de la resolana, un volumen extraordinario a nubes majestuosas que marchan lenta y alegremente.

En este corredor de barro rodeado de una gran cantidad de flores de ornato y arbustos cuidadosamente plantados se respira una sensación de inquietud, de expectación y de coraje. Son pocas personas. Selectas.  Son hombres y mujeres del pueblo que entregaron su esfuerzo, empeño y dedicación, a través del tequio, a la construcción del albergue para ancianos, que le ha dado prestigio y reconocimiento al municipio de San Antonino Castillo Velasco.

Ahora se están dedicando a juntar firmas para frenar lo que consideran una agresión al pueblo de San Antonino porque de manera furtiva se creó un nuevo patronato que---según dicen ellos--- no tiene ninguna representatividad, además de que esas personas están dedicadas a calumniar al Padre Alberto Ostiz Ostiz, encargado del asilo.

El viento fresco y puro corre haciendo travesuras por el corredor, agitando el follaje de los árboles, mientras el canto de las aves se va apagando lentamente en un ambiente con olor a flores y hierbas de olor, destacándose la yerbabuena, la ruda, el olor del pino...

Se quita su sombrero el señor de mayor edad y pregunta a quemarropa al pasante de derecho que extremadamente delgado parece que en cualquier momento se lo va a llevar el viento: ---"¿A poco es legal que una familia se autonombre a escondidas como mesa directiva del asilo y haga con éste lo que se les ocurra?

- ¿Por qué dice usted que es una familia la que se autonombró a escondidas? Pregunta el pasante.

- Pues porque lo hicieron secretamente, se portaron como el tlacomiztle que se esconde donde nadie lo pueda ver y en la oscuridad de la noche se lanza con furia sobre las gallinas para comérselas. Es un animal cobarde, pues.

- ¿Y por qué dice que se trata de una familia?

- Pues qué no te digo que todo el comité que se autonombró  como nuevo Patronato son una sola familia. Ahí tienes, como dice el periódico Noticias en su página 15 A de este 16 de febrero, a sus integrantes. Mira: ahí está Zeferino, que si es cierto, el donó el terreno para que se construyera el asilo, pero eso no le da derecho de hacer un comité con puros miembros de su familia pues Justino Antonino es su hijo, Omar Alejandro es su nieto, Inés Apolonia, es su hija, Virgilio Manuel es su hijo, Gregoria es su nuera y también está su otro yerno. Lo hizo con su familia porque sabe que ninguna persona honesta del pueblo se va a prestar a hacer cosas indebidas e injustas como las que están haciendo ellos.

Contesta el pasante: - Bueno, realmente la ley no prohíbe que una familia sea integrante de una Asociación Civil. Aquí el problema legal puede ser que no se cumplieron con las formalidades del procedimiento, lo cual se puede hacer valer con un recurso de revisión para buscar la nulidad de ese instrumento.

- ¿Cuál instrumento? pregunta la señora del rebozo negro.

- Perdón, dice el pasante. Me refiero al acta que ese comité presenta, que podría ser invalidada por la autoridad, además de que hay un problema de legitimidad porque a estas alturas, el asilo de San Antonino se ha administrado de buena fe como un proyecto comunitario. El asilo no es de ninguna persona o gobierno, el asilo es de la comunidad de San Antonino, que le encargó, por usos y costumbres, la dirección, administración y representación del asilo al Padre Alberto Ostiz.

Yo le pregunto al pasante - ¿Realmente puedes invocar a los usos y costumbres en este caso?

El pasante se agarra la barbilla y sonrié con una dentadura blanca y grande que deja ver dos colmillos más alargados que los ordinarios y contesta ---Esta es una comunidad indígena. En los hechos la operación del asilo se ha mantenido como un uso y costumbre.

Toma la palabra nuevamente la señora del rebozo negro: --Bueno, está bien. Supongamos que logramos que se desconozca ese nuevo patronato ¿ y luego? ¿qué va a pasar con el asilo? ¿Puede continuar el Padre Alberto al frente del asilo?

El pasante se queda mirando el cielo que se ha tornado rojizo. La temperatura empieza a descender. Parpadea y contesta: ---Al padre Alberto lo están discriminando por ser español, lo están atacando por ahí. Lo que podríamos hacer es que opte por la doble nacionalidad o adopte totalmente la nacionalidad mexicana. El podría ser un miembro del nuevo comité, desde luego.

Toma la palabra el comerciante del mostacho tipo porfirista: ---¿Ya vieron que quienes lo acusan por su origen español son las mismas personas que dizque defienden a los indígenas, pero a ver, díganme, qué idioma hablan esas personas...pues el español que trajeron los españoles; a ver díganme, qué religión profesan esas personas que lo critican por ser español?...pues la católica, que trajeron los españoles y si se fijan, como ha dicho el licenciado aquí presente en otras ocasiones, las vacas las trajeron los españoles, las gallinas, las trajeron los españoles, los borregos los trajeron los españoles....entonces qué, se sienten muy indias mis compañeras esas, pero no son más que envidiosas e ignorantes...

Habla el señor mayor de los pies descalzos y curtidos, levanta el brazo y sus dedos fuertes y macizos de campesino hacen una garra como cuando desprende la cebolla de la tierra: --- También lo están atacando por el dinero. A mí me consta que el padre Alberto es un buen gestor y todo lo que recibe lo reparte. Aquí en la iglesia de San Antonino han llegado personas pobrecitas de muchos pueblos a recoger cobijas, despensas, a pedirle ayuda al Padre Alberto y él se las ha dado sin pedir nada a cambio. Pero acuérdense que el padre Alberto siempre ha sido hostigado por el manejo de los dineros porque él es el único padre que ha puesto orden en los ingresos del templo. El le quitó sus canonjías a los encargados y a las catequistas rebeldes que hacían sus negocios a costa de la iglesia. Por eso lo atacan.

La señora del rebozo negro agrega: ---También dicen que no es padre, pero eso es una verdadera mentira porque en una reunión donde se trato el mismo tema, él mostró sus papeles. Hasta ha sido maestro de teología.

Deja tú eso---dice la señora de trenzas---, esos que lo critican ni siquiera van a misa. Son puros judas...

El pasante de abogado contempla el piso de tierra y su mente parece que encuentra algo. ---Bueno, lo que me alarma es que el DIF está convalidando las injusticias de este asunto, porque están juzgando al Padre Alberto en la prensa. Al menos los acusadores del padre Alberto que están dañando su reputación podrían ser demandados por daño moral, pero en ese tipo de denuncias está mal que participen funcionarios públicos que debieran ser imparciales y no prestarse a manipulaciones.

Pido el uso de la voz. ---Yo quisiera preguntarte abogado, cuál es el camino menos costoso, político, legal, social y económicamente para resolver favorablemente este problema?

Contesta el pasante de abogado sin pensarlo: Hay dos vías. Primeramente se tendrá que hacer una asamblea con los sobrevivientes del acta constitutiva del Patronato original para que expulsen a Zeferino por abuso de confianza. Luego, el pueblo constituido en Asamblea nombrará a personas honestas y representativas de la comunidad para renovar al comité. La otra vía es entregárselo al gobierno y que ellos lo administren totalmente.

En el primer caso sería necesario que la Asamblea General de Ciudadanos de San Antonino Castillo Velasco hagan una colecta, y previo dictamen de un perito valuador, se le devuelva en efectivo el valor del puro terreno a Zeferino. Evidentemente que por su conducta de autonombrar a su familia en el Comité y por su claro abuso de confianza, él ya no podría participar en el asilo.

En el segundo caso, se tiene que revisar la legalidad y legitimidad del autonombrado nuevo comité y cuando se logre su desconocimiento se promovería su traspaso al gobierno del estado o al gobierno municipal.

Casi en bola contestaron todos:---- ¡Ni locos!

Habla el artesano que hasta entonces se mantenía callado: ---Bueno, pues vamos viendo que se respete la ley porque esta obra es del pueblo y no se vale que Zeferino después de tanto tiempo se interese por actuar en su papel de Presidente fundador del patronato ni que las autoridades descalifiquen con la mano en la cintura un proyecto que es del pueblo de San Antonino y donde insistan, vamos a demostrar que no nos estamos chupando el dedo porque no nacimos ayer y si no sabemos de leyes, sí sabemos de justicia y lo que están haciendo contra el asilo y en contra del padre Alberto es una injusticia en contra del pueblo de San Antonino.

La señora del rebozo le dice al pasante: ---Entonces qué, ¿si nos vas a acompañar este domingo a la junta del asilo?

El pasante se pone de pie y con su delgadez extrema parece verse muy alto y contesta: ¿sabe por qué estoy tan delgado? (Nadie contesta, excepto él mismo) "Pues, porque de esta manera no hago ni sombra."

Los últimos rayos del sol se han metido. La noche es fría y los seres vivos se resguardan para emprender con energía sus actividades ante la potente y cálida luz del siguiente día.
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lunes, 8 de octubre de 2012

Emotivo aniversario del Padre Alberto

Cumplió 73 años.

Este domingo 7 de octubre el padre Alberto Ostiz cumplió un aniversario más de vida.

Por ese motivo un numeroso contingente de amigos y fieles se dieron cita desde temprana hora en la Casa Hogar "San Lázaro" para cantarle las mañanitas y ofrecerle un pastel y sabrosas botanas que fueron repartidas entre los asistentes.

Hombres, mujeres y niños convivieron con los huéspedes de la Casa Hogar que alegremente festejaba el cumpleaños del principal promotor y fundador de ese espacio de caridad y amor al prójimo desvalido.

Voluntarios participaron con música de órgano y señoras prepararon tamales y atole que fueron degustados por los concurrentes.

En el marco de este festejo, el Padre Alberto ofició la eucaristía y en su lúcida homilía recordó que nacimos para servir y que la mayor felicidad del ser humano es dar felicidad.

Felicidades al Padre Alberto Ostiz.

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viernes, 19 de octubre de 2012

Cuando el Padre Alberto Ostiz fue a la cárcel


Escrita con un estilo exquisito, la biografía del padre Alberto reseña con amena narración---que uno podría estar viendo literalmente---, cada parte de su vida.
Cita en su biografía Padre Alberto cuando fue a la cárcel, en sus propias palabras:

Ya llevaba en aquel mes lejano del año de 1980, unos meses en el Colegio de Matagallinas – Ayutla –Mixe, que la Consagración Salesiana tiene para la formación de “Mejoradores de las Comunidades Indígenas”.
Eran las fiestas de San Pablo, Ayutla. La víspera fuimos a la fiesta con los alumnos del Colegio. Yo iba como responsable de uno de los grupos de muchachos de 14 y 15 años. Ya habíamos asistido en diversos festejos. La Noche se había adueñado del pueblo y unas cuantas luces mortecinas apenas permitían distinguir el pavimento terroso y polvoriento y esquivar los surcos de aguas residuales, que discurrían por doquier, testimoniando la falta de drenaje y por tanto, de higiene. Las huellas de miles de huaraches, venidos de los ranchos, se mezclaban con el lodo de las aguas negras. De los puntos más oscuros de las callejuelas fluían emanaciones repugnantes, que evidenciaban la falta absoluta de baños públicos.
Se me acercaron varios alumnos de mi grupo para anunciarme con voz entrecortada que a uno de sus compañeros lo habían metido en la cárcel.
Uno de los policías lo habían sorprendido haciendo aguas (orinando), en un lugar apartado y discreto, amparado por la oscuridad. Al no pagar la multa que le imponían cuando lo encontraron in fraganti, por la sencilla razón de que no tenía dinero, lo habían metido “al bote”. Lo que pasa es que en esos días y noches de las fiestas patronales, las arcas del municipio se veían engordadas con las multas de los que, urgidos por una necesidad fisiología convertían ciertos lugares más discretos en baños públicos. Esa era en definitiva la indiscreción tremenda y la falta a la moral cometida por unos de mis alumnos en aquella noche, víspera de las fiestas de San Pablo y que motivo su encerrona. ¡Qué lástima  que la solicitud evidenciada por los servidores del orden público del municipio en este sentido y que cumplía con la finalidad de sufragar los gastos de la pólvora quemada y de el alcohol ingerido no se reflejara en acciones más perentorias!
Ante aquel hecho tan desproporcionado e injusto, algo se tambaleo en mi cerebro y me encaminé rápido al municipio, aspirando bocanadas de pasmo e indignación, que, al verme frente a frente ante la Autoridad y separado sólo por una mesa, exhalé con una mezcla de argumentos para mí más que convincentes.
Eché en cara la falta de infraestructura y completamente de servicios higiénicos. Resalté la basura esparcida generosamente por todo el pueblo. Argumenté con una ley que prohíbe encarcelar a un menor. Ofrecí pagar yo el importe de la multa. Fue todo inútil. Hablé con la vehemencia arrebatada de un español, y olvidé algo muy elemental que estaba enfrentando a toda una cultura india. El resultado fue unas palabras que no entendí,  intercambiadas por la Autoridad y algunos paisanos que me escoltaban y que en ese momento, como auténticos esbirros, se me echaron encima y, a empellones me llevaron a la cárcel, verdadero tugurio mal oliente y oscuro como mis ideas, convicciones y argumentos, entenebrecidos por la realidad.
No había luz en el interior. Un tufo sospechoso me puso en guardia y por prudencia no me atrevía a dar un paso más y perderme en aquella densa y mal oliente oscuridad. Saqué mi mechero del bolsillo, lo encendí y vi que las manos toscas inseguras de un borracho pretendían arrebatarme el único mini faro que esparcía su tenue luz sobre un mar de cuerpos tendidos en el suelo y otros, apoyados en las paredes toscas y sombrías. El mechero dejó de alumbrar y, de un empellón, el borrachito perdió el equilibrio y creo que dio por los suelos dentro de mi falta de libertad me sentí liberado.
Pasaron minutos largos. Rápidamente corrió la noticia de mi encierro y llegó a oídos de los Salesianos. Uno corrió a la puerta de la cárcel y en acento, que no podía disimular ser extranjero comenzó a lanzarme frases de aliento que llegaban muy lejanas como a un náufrago en la noche: “Padre, está usted como San Pablo en la cárcel” “La comunidad de fieles está rezando por usted”. “¡Ánimo, ánimo!”.

A penas había pasado media hora cuando me liberaron. Qué bien se había cumplido el reclamo “me metí de redentor y salí crucificado”.

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viernes, 31 de mayo de 2013

Avances en solución al problema del asilo

Es una muestra de sensatez.

El pasado miércoles 29 de mayo de este 2013 se carearon los dos patronatos de la "Casa Hogar para Ancianos San Lázaro" para dirimir de manera definitiva el asunto, llegando al común acuerdo de crear un nuevo patronato con representantes ciudadanos de San Antonino Castillo Velasco.

La reunión realizada en las instalaciones del palacio municipal de la localidad convocó a cientos de ciudadanos que se dieron cita para escuchar las posturas, acusaciones recíprocas y finalmente, el acuerdo conciliatorio para darle una salida definitiva y digna al asunto.

El sacerdote Alberto Ostiz Ostiz, mostró satisfacción por esta salida y anunció que apoyará al nuevo patronato para concretar la ampliación del objeto de esa sociedad civil para incorporar a mujeres en situación de violencia, a niños de la calle, jóvenes y adultos mayores.

La conciliación lograda pone en alto el nombre de la población de San Antonino Castillo Velasco que ha puesto el interés general de la población por encima de los intereses particulares y políticos y ha demostrado una vez más que es a través del diálogo y la conciliación como se pueden resolver los problemas.

Va nuestro reconocimiento a las partes y nuestros mejores deseos al nuevo patronato para que esta medida siga poniendo en alto el espíritu altruista que caracteriza a la población de San Antonino Castillo Velasco.

Felicidades.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Falleció el Padre Alberto Ostiz

Este 29 de Septiembre falleció el Padre Alberto Ostiz. Este es el mensaje que circuló hoy entre la comunidad de vecinos de San Antonino. Descanse en paz.

lunes, 9 de abril de 2018

Laureano Santiago Pérez compositor de San Antonino

Laureano Santiago Pérez es un compositor originario de San Antonino Castillo Velasco.

Algunas de sus anécdotas son leyenda.

En esta colaboración que escribiera el propio maestro, reseña el origen de la "Banda Ignacio Zaragoza", una de las bandas locales que le diera tanto prestigio y proyección musical a San Antonino Castillo Velasco, muchos antes de que la música de banda permeara en otras comunidades.

Conocí a Don Laureano Santiago Pérez hace como 15 años, en una visita que realizó a sus familiares en San Antonino Castillo Velasco.

Durante las tardes de tres días inoportuné sus vacaciones con el propósito de platicar sobre él, sobre San Antonino y su gran pasión, la música, incluso grabé en video algunas conversaciones que posteriormente publicaré en este espacio.

En una ocasión me hizo el favor de facilitarme algunos recortes de periódico que guarda con mucha delicadeza y que reproduzco a continuación.

Decidí que la mejor forma de publicar esta información es reproduciendo fielmente sus palabras escritas como aparecieron en el periódico Carteles del Sur, de hecho, la primera foto que sigue aparece Laureano Santiago Pérez junto al gran periodista oaxaqueño Néstor Sánchez, director de ese emblemático periódico de Oaxaca.

Esta publicación tiene una gran riqueza testimonial y de ésta se derivan mucha información relevante sobre la historia de San Antonino. Por ejemplo, en este valioso material se evoca al maestro Cándido Gómez, oriundo de San Pedro Mártir, Ocotlán, Oaxaca, y que fue uno de los grandes promotores de la música de orquesta en San Antonino Castillo Velasco. A Don Cándido Gómez ya me lo he encontrado varias veces, referenciado en pláticas que he sostenido con músicos mayores de la comunidad, algunos de los cuales, desafortunadamente, ya han fallecido y del que nos ocuparemos posteriormente.

La distancia y el tiempo generaron que le perdiera la pista al maestro Cándido Gómez, lo cual es una tarea pendiente que resolveré por estos días.

Mientras tanto, se reproduce a continuación una entrega de estos materiales con la intención de divulgar la figura generosa de Don Laureano Santiago, uno de los hijos dilectos de este maravilloso pueblo.