miércoles, 29 de diciembre de 2021

La extraordinaria historia del hombre resucitado

 Es difícil creerle a los borrachos.

El dicho aquel de que los niños y los borrachos dicen la verdad, no siempre es cierto. Por eso cuando me presentaron a José el pocero(que se dedica a escarbar pozos) como un hombre que se había desaparecido durante un año exactamente, y que así como desapareció volvió a aparecer, con una convicción plena y consciente, según él, de que sólo se  había ausentado una noche, cuando sus conocidos y amigos aseguran que estuvo desaparecido 360 días, motivo por el que le apodan "El Resucitado".

Al inicio José es hosco y desconfiado, pero con que se le invite un mezcalito empieza a sentirse en confianza y repite su historia con lujo de detalle. Me dice la persona que me lo presentó que nunca se equivoca, o es un timador profesional por repetir la misma historia sin equivocarse o realmente le sucedió lo que él cuenta.

En honor a la verdad debo confesar que este acontecimiento que relato aquí me sucedió hace varios años y que nunca me lo tomé en serio, hasta hace poco tiempo, en que otra persona en otro lugar distante, me contó la misma historia y me mostró evidencias parecidas y cuyas coincidencias son extraordinarias, por eso me atrevo a compartir esta historia.

José el pocero cuenta que una vez, en el mes de diciembre, fue contratado en una ranchería para buscar un lugar para construir un pozo. Él identifica el lugar donde hay agua utilizando unas varas de árbol y dice que nunca le ha fallado este método. Toma las ramas por el extremo y recorre el espacio que escoge para la búsqueda. Luego, la punta de la rama se clava en la superficie del lugar en el que debajo hay una corriente de agua o un manantial.

Dice que en la ranchería encontró un cauce subterráneo en donde chocan dos corrientes de agua. Después de marcar el lugar que estimaba como el mejor para la extracción del agua, el dueño del rancho estaba tan contento del descubrimiento de José, que, en agradecimiento, le invitó de comer y le ofreció mezcal para celebrarlo. Pero se le hizo tarde y regresó caminando a su pueblo, cerca de San Antonino, y como no encontraba transporte decidió internarse a pie por el campo, ya que había buena luz de luna y se veía el entorno con claridad. 

En una parte del camino, entre la maleza, le dieron ganas de hacer del baño y distinguió un enorme carrizal cerca de un arroyo seco. Aunque a esas horas de la media noche era difícil que alguien lo viera, se metió entre el carrizal buscando al arroyo. Dejó a un lado su rama de trabajo, su morral y su sombrero y se internó entre el carrizal. Una vez que se alivió del estómago se aseó con una hojas de grilla que se asomaban por ahí y se dispuso a salir del arroyo, pero cuando atravesó el carrizal, sus objetos personales ya no estaban en donde los había dejado.

Los buscó y luego se convenció de que posiblemente alguien se los había robado. Se acordó que en el morral llevaba el dinero que le habían pagado por su trabajo y una botella media llena de  mezcal y le dio mucho coraje, así que se puso a insultar al vacío y a aventar piedras ante un imaginario delincuente que le hubiera robado sus pertenencias. Pero no encontró a nadie.

Estaba seguro que había salido del carrizal por el mismo lugar por el que había entrado porque en esa vereda se encuentra una gran cantidad de nopaleras. No había modo de equivocarse. Así que antes de retirarse, decidió internarse nuevamente entre el carrizal para ver si encontraba sus cosas o al que se las había robado. Dice que esta vez el carrizal se le hizo más largo y empezó a temer de que le fuera a salir alguna serpiente de las que habitan por los carrizales. Así que no quiso seguir avanzando y retrocedió por un claro donde se veía gente. 

Corrió animado hacia las sombras y el murmullo y se sorprendió de que hubiera personas semidesnudas: había niños, mujeres, hombres y ancianos como si fuera una fiesta, pero todos vestidos de blanco;  los hombres sólo traían como  una especie de taparrabos, los niños andaban desnudos y las mujeres jóvenes sólo portaban como largas faldas de blanco, mientras que las mayores usaban una especie de huipil de una sola pieza que les cubría como un vestido.

Primero pensó que estaba soñando y trató de despertarse, pero no, estaba bien despierto. Se pellizcó y le dolió el brazo. Escuchaba que las personas hablaban zapoteco y a pesar de que él lo habla desde su nacimiento, le resultaba difícil entender bien lo que decían, parecía un zapoteco antiguo porque no utilizaban palabras del español, como el zapoteco de ahora.

Dice que a pesar de ver a las mujeres jóvenes exhibiendo sus senos al aire, que él no sintió ningún deseo, sino temor por no explicarse bien qué lugar era ese. Y que la gente, todos de estatura bajita y delgada y descalzos, hacía varias cosas, algunos hombres estaban sentados platicando cerca de una fogata, había mujeres que caminaban hacia distintos rumbos y los niños corrían por aquí y por allá, y todo aquello se escuchaba como un murmullo.

Miraba desconcertado a aquellas personas cuando un viejo le dio un empujón con su propia rama con la que José buscaba agua.

Aunque le costó trabajo entender al viejo encorvado que se apoyaba en una vara de árbol a modo de bastón, entendió que el viejo le pidió buscar un lugar para encontrar agua. José, temeroso, no preguntó nada, ni siquiera si le iban a pagar o no, así que tomó su vara y empezó a buscar agua.

Después de identificar una pendiente por donde se levantaba el carrizal, señaló el lugar con unas piedras y le dijo al viejo que ahí escarbaran, que en ese lugar se escuchaba una buena vena de agua.

El viejo asintió sonriente y en agradecimiento le entregó un monolito antiguo con unas piedras talladas. José no las quería tomar, pero el viejo le insistió. José estaba ansioso de saber qué poblado era ese que no conocía y le iba a preguntar al viejo si no había visto sus demás pertenencias, pero el hombre canoso, como adivinando su pregunta, se le adelantó y le señaló con el dedo hacia un lugar donde a lo lejos se veía entre la maleza su morral de manta y su sombrero. José sonrió agradecido y tomando su rama y las piezas que el viejo le había obsequiado se retiró sin hacer preguntas. Dice que el viejo lo empujó un par de veces, como invitándolo a abandonar aquel lugar. 

Siguió el rumbo por donde se veían sus pertenencias atravesando el carrizal. Ahí seguía su morral, su botella de mezcal, su dinero y su sombrero. Volteó hacia atrás, pero no vio a nada. De pronto, notó como si el carrizal se hubiera hecho muy tupido como una cerrada cortina oscura que no permitía ver nada y parecía amenazante.

Se armó de valor e intentó regresar, pero por más que lo intentó ya no vio a ninguna persona ni le pareció reconocer el lugar en el que había estado. Así, que identificando la hilera de nopales, siguió su camino para regresar a su pueblo. Ya el sol iba saliendo cuando entró por el camino principal de su comunidad y las primeras personas que lo vieron se sorprendieron y lo rodearon y le preguntaron que a dónde se había ido, que tenía un año que su familia lo andaba buscando y que creían que se había muerto.

José sonrió y dijo que esa era una buena broma, pero que nada más se había ausentado una noche.

Cuando lo acompañaron a su casa, su mujer lo abrazó y lloró y luego lo regañó, pero él estaba desorientado. Todo mundo le decía que se había desaparecido durante un año, pero él estaba seguro que sólo había sido una noche. Contó su historia y sacó las esculturas que le había obsequiado el viejo al que ayudó a buscar agua. Ahí estaba su dinero y la botella de mezcal que había ganado en la ranchería.

Las personas lo tomaron a loco y desde entonces, José empezó a beber más y más, dejando de buscar agua y dedicándose a cultivar su pequeña parcela. El jura que sólo se ausentó una noche, pero todos los que lo conocen también juran que se perdió un año entero, por eso lo apodaron José  "El resucitado".

Por ahí conservo unas fotos de los monolitos prehispánicos que me mostró con mucha desconfianza.

A veces, creo que es  un borracho que no tiene remedio.


lunes, 7 de junio de 2021

La cultura se hereda

 











¡Qué grato conservar las tradiciones!

Esta foto la tomé hace como veinte años en el parque de San Antonino Castillo Velasco, todos estos niños y niñas hoy en día son jóvenes, por eso podemos compartir esta foto de manera pública.

Se trata de la delegación infantil del municipio que representa El Jarabe del Valle.

Miradas inocentes, animosas, con el júbilo de la infancia que recrea el baile como un juego, sin ser muy conscientes en ese momento que portan una herencia llena de simbolismo y tradición.

El Jarabe del Valle se reproduce en la vida de la gente de San Antonino en sus diversas festividades, principalmente en el matrimonio.

Esta herencia le da vigencia y validez a las tradiciones que caracterizan a esta comunidad.

Multipliquemos y divulguemos esta hermosa tradición porque la cultura muestra la grandeza de los pueblos. Enhorabuena. 

 

martes, 13 de abril de 2021

¿En dónde está la tumba de Don José María del Castillo Velasco?

 


Durante muchos años una pregunta me inquietó sobremanera: ¿En dónde está la tumba de Don José María del Castillo Velasco, el hijo pródigo del pueblo de San Antonino Castillo Velasco y destacado personaje oaxaqueño?

Era una pregunta que a veces me motivaba para investigar por aquí y por allá, cuestionando a muchas personas, consultando referencias bibliográficas en varias bibliotecas de distintos lugares del país, al igual que distintas fuentes hemerográficas en sitio(mucho antes de su popularización en línea), así como visitar algunos panteones principales de Oaxaca y Ciudad de México.

Considerando que esta búsqueda era un pasatiempo motivado por la curiosidad histórica y también por la afinidad con el gran paisano oaxaqueño, algunas veces me detenía por años y la pregunta se quedaba en el aire, pero latente.

Aunque la propia pregunta se la habían formulado los descendientes de Don José María, el tiempo y la distancia habían creado un impasse, es decir, un punto muerto donde esta información se detuvo y no avanzó y se quedó como una laguna entre su vasta y destacada progenie.

No fue sino hasta el presente año 2021, que Santiago Federico del Castillo Hernández, sobrino nieto de Don José María del Castillo Velasco me concedió una entrevista, publicada en este mismo sitio, y que también, amablemente me compartió algunos documentos inéditos para el conocimiento de la vida del prócer, que la pregunta adquirió una relevancia insólita como un volcán que entra en erupción.

Especialmente me refiero a un detalle del acta de defunción de José María del Castillo Velasco, en el que se menciona que le expiden una boleta para un panteón.

Y atando cabos de manera rápida y concatenada y por qué no aceptarlo, con la ansiedad de un hombre que ha encontrado una pista larga y ansiosamente deseada, reiniciamos la búsqueda por las fuentes de costumbre, ahora accesibles en línea como la magnífica hemeroteca en línea de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Buscamos a algunos amigos para confirmar datos como el Lic. Jaime Orozco Barbosa, cronista de la alcaldía de Tlalpan, en Ciudad de México, que identificó y confirmó la información basándose en un libro escrito por el cronista Sentíes de la alcaldía de Gustavo A. Madero, en el que se consigna los personajes que yacen en el panteón de referencia.

Ahora estamos plenamente seguros del lugar donde descansan los restos del gran oaxaqueño Don José María del Castillo Velasco, jurisconsulto, periodista, militar y diputado al Congreso Constituyente del 56-57 y ministro de Don Benito Juárez e hijo pródigo del pueblo que lleva su nombre, su tumba se encuentra en el panteón del Tepeyac, ahí a un costado de la Basílica de Guadalupe.

Sus restos reposan junto a los de grandes personajes de la historia nacional, lo que ha convertido hoy en día a ese panteón en un museo de sitio, lamentablemente hoy cerrado de manera temporal por la pandemia.

Ya identificamos el bosque, ahora ubicaremos el árbol.

Estamos en vísperas de visitar su tumba.

Esta historia continuará.


sábado, 6 de marzo de 2021

Entrevista al tataranieto de Don José María del Castillo Velasco

 











Santiago Federico del Castillo Hernández desciende en línea paterna del ilustre Don José María del Castillo Velasco, quien  fuera su tatarabuelo. 

Es hijo de Federico Rafael del Castillo Carranza, hijo de Felipe Leobardo del Castillo Velasco y de la Cueva, hijo de Demetrio del Castillo Velasco y León, a su vez hijo de Don José María.

Nació la ciudad de México y es Licenciado en Relaciones Internacionales y Maestro en Administración y Alta Dirección de empresas. 

Ha residido en la ciudad de México, en la ciudad de Puebla así como en la ciudad de León, España y Moscú, Rusia por motivos de intercambios académicos con universidades de dichos países y actualmente desempeña un puesto ejecutivo en una importante empresa de la iniciativa privada.

Casado y con dos hijos, es un ávido seguidor de los deportes de balón, de la historia de México y de la historia universal y es un fans  de la “Guerra de las Galaxias”.

En esta primera parte de la entrevista abordamos algunas cuestiones generales y que el joven Santiago Federico del Castillo Hernández, tataranieto de Don José María del Castillo Velasco, el militar, abogado y periodista que fue ministro del presidente Benito Juárez y que ha legado sus apellidos al pueblo que lo vio nacer, San Antonino Castillo Velasco.

Estimado Santiago, le agradezco la amabilidad y la paciencia para esta entrevista.

- ¿Qué lugar ocupa usted dentro de la descendencia del Lic. José María del Castillo Velasco?

Es mi tatarabuelo por vía paterna. Soy hijo de Federico, hijo de Felipe, hijo de Demetrio, hijo de Don José María.

- Sabemos que José María del Castillo Velasco contrajo matrimonio con una hija del General huajuapense y Gobernador de Oaxaca Don Antonio de León, en cierta forma, ¿su descendencia también es por vía de Don Antonio de León?

Sí, la esposa de mi tatarabuelo se llamaba María de la Luz León Martínez, hija de José María Antonio de León Rivera y de Josefa Martínez Figueroa. De ese matrimonio sabemos que tuvo al menos dos hijos, Don Demetrio del Castillo Velasco y León y María del Rosario Concepción Valentina del Castillo Velasco y León. Mi parentesco es descendencia de Don Demetrio.

- Aunque Don José María del Castillo Velasco nació antes de que Don Benito Juárez creara el Registro Civil en México, ¿sabe usted si existe algún documento sobre su nacimiento? En su caso, ¿nos lo podría compartir?

Cuento con el acta de nacimiento de su hija, así como el acta de Matrimonio de don José María con Luz León.

Cuento con el dato del nacimiento de su hermano José Florencio de Jesús María del Castillo Velasco, que nació en 1828 en Asunción, Tabasco, cuando José María tenía 6 años de edad.

- ¿Cuándo y de qué falleció Don José María del Castillo Velasco?

Cuento con el acta de defunción de Don José María, falleció de hemorragia cerebral en la ciudad de México el 5 de septiembre de 1883.

    - ¿En dónde exactamente se encuentra enterrado Don José María del Castillo Velasco?

Desconozco este dato.

Además de escribir dos obras fundamentales para el derecho constitucional y administrativo en México, Don José María del Castillo Velasco, ¿escribió algún otro libro? ¿Sabe si José María del Castillo Velasco escribió sus memorias o llevaba algún tipo de diario personal?

Se sabe en la familia que escribió otras obras, sin embargo se cuenta a manera de rumor que se perdieron durante la revolución junto con sus memorias, ya que su hijo Demetrio fue perseguido por revolucionarios zapatistas, quienes lo apresaron y juzgaron y fue sentenciado al paredón; sin embargo, cuatro veces fue detenido su fusilamiento gracias a que su esposa y familiares lograban interceder por el ante el gobierno en turno. No obstante, esta situación y las deplorables condiciones en las que se encontraba apresado, le provocaron un hipo constante que terminó por reventarle el bazo y que muriera de hemorragia interna durante su prisión. Falleció en 1919 y todos los bienes de don Demetrio fueron confiscados por los zapatistas.

- ¿Sabe si existe alguna obra biográfica de José María del Castillo Velasco?

Sabemos que hay obras sobre él, principalmente tesis de los archivos jurídicos de la UNAM. Así mismo, al ser familiar directo de Don Florencio del Castillo, (hermano del padre de José María) religioso de alto rango en Costa Rica antes, durante y posterior a la independencia de España, durante el imperio de Iturbide y la independencia de Costa Rica de México. El mismo termino viviendo en México donde falleció,  pero siendo de gran influencia tanto en México, la UNAM y Costa Rica, hay gran variedad de artículos sobre este personaje:

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/2/707/2.pdf

 -En la academia se especula sobre una ruptura de José María del Castillo Velasco con Benito Juárez, ¿tiene conocimiento de este hecho? Y en su caso, ¿Cuál fue la causa?

Si, de hecho en mi familia tenemos muy mala percepción de Juárez, quizá producto de esta ruptura. A manera de “historia familiar” se cuenta que la ruptura se dio por temas religiosos y la legislación “persecutoria” hacia los católicos, siendo que don José María era un ferviente católico. 

Sin embargo, la principal causa de la ruptura fue la necedad del presidente Juárez por no dejar el poder y no permitir elecciones libres, algo que don José María como buen jurista, consideraba esencial para el funcionamiento y legitimidad del gobierno. Si tomamos en cuenta que el presidente Juárez nunca fue electo presidente, sino que heredó el puesto y que murió con el, Don José María insistió en repetidas ocasiones que se convocara a elecciones con la finalidad de tener una transición desde la Reforma, la Monarquía y la Presidencia de Juárez, mucho más pacífica y republicana, se dice que su opinión era que en caso de nunca dejar la presidencia provocaría una sería de dictaduras presidenciales en México que culminaría con un revolución (¿voz de profeta?). 

     - Su señor padre, ¿Qué edad tiene?

Mi padre es Federico del Castillo Carranza, nacido en 1955 hijo de Felipe del Castillo Velasco y de la Cueva, quien tuvo 11 hijos. Mi abuelo falleció en 2005. De los 11 hijos de don Felipe, solo su primogénita y su ultima hija llevan el apellido completo (del Castillo Velasco), todos los demás perdieron el apellido Velasco por simplificación de identidad en trámites; es por ello que yo ya no cuento con el apellido Velasco.

    -Algo que quisiera compartirnos.

La primera esposa de mi abuelo, Don Felipe, de nombre Refugio Carranza Pulido, era familiar directa de Don Venustiano Carranza, por lo cual también contamos con historial y documentación de don Venustiano, así mismo, la hermana de Refugio, mi abuela, se casó con Don Salvador Abascal, líder del movimiento sinarquista, quien llevó una relación muy estrecha con mi abuelo Felipe. Así mismo Alfonso Trueba, otro líder sinarquista muy importante, es padrino de bautizo de mi papá Federico.

Mi bisabuelo Demetrio, quien se caso con Sara de la Cueva, quien es hermana de Alvaro de la Cueva, quien fue rector de la UNAM.

Así mismo, el hermano Juan del Castillo Velasco, hermano de don Felipe, hermano lasallista quien fue rector de los colegios La Salle.

Así mismo te comparto el árbol genealógico de mi familia. 

GENEALOGÍA DE JOSÉ MARÍA











GENEALOGÍA DE LUZ LEÓN











ARBOL GENEALÓGICO DE DON FLORENCIO DEL CASTILLO









ARBOL GENEALÓGICO COMPLETO








domingo, 21 de febrero de 2021

Presidente Zenón Sánchez: la eficacia desde el silencio

El fallecimiento del señor Zenón Sánchez Raymundo, ex presidente municipal, ocurrido el pasado 12 de febrero de este 2021 invita a la reflexión sobre el arte de gobernar.

El presidente Zenón era conocido por ser un hombre callado, sin estridencias ni discursos pomposos, pero eficaz.

Meterse a la política no es cosa fácil, porque la mala costumbre ha hecho creer a mucha gente que hacer política es resolver todo con gritos y sombrerazos. Pero no es así.

Como un emprendedor exitoso de la industria del pan, el señor Zenón fue electo presidente municipal de San Antonino para el periodo 1999-2001.

Su gobierno se caracterizó por resultados.

Yo he escuchado por ejemplo, en palabras de políticos de la región, que San Antonino Castillo Velasco le quitó el Colegio de Bachilleres a un municipio vecino porque dicen que ese plantel no era para San Antonino.

Falso. Uno de los primeros actos del gobierno del señor Zenón Sánchez fue solicitarle al entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo, la construcción de una escuela de nivel medio superior para San Antonino.

Su solicitud fue canalizada al entonces Gobernador José Murat y así nació el Plantel 32 "San Antonino" del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca. Tuvo un nacimiento legítimo como lo demuestra la documentación conservada por los familiares de don Zenón.

Él continuó la inversión pública para mejorar infraestructura del mercado, el baratillo, las escuelas de la comunidad, y también amplió la red eléctrica en la agencia de avecindados "La Chicuvica", en donde invirtió para la construcción del edificio de la agencia y también adquirió un terreno de cinco hectáreas como un área de reserva para San Antonino. 

La planta tratadora de aguas negras se inició en su gobierno, entre diversas obras que se enumeran humildemente sobre folders amarillos, que permiten conocer su obra continuada y comprometida y que reproducimos aquí, por lo que agradezco a sus familiares la generosidad para compartir estos materiales.

Durante su gestión demostró un liderazgo eficaz, su equipo del ayuntamiento trabajaron de la mano y teniendo como meta el bienestar y el desarrollo de San Antonino Castillo Velasco.

Gobernar un municipio no es cosa fácil, pero hay personas comprometidas que hacen de la eficacia la mayor demostración de amor por su pueblo. Enhorabuena.



























Dos expresidentes municipales fallecen en febrero

Dos expresidentes municipales de San Antonino Castillo Velasco han fallecido en lo que va del mes de febrero de este año 2021.

El viernes 12 de febrero falleció el señor Zenón Sánchez Raymundo, quien fuera presidente municipal durante el periodo 1999-2001, por el Partido de la Revolución Democrática.

Y este viernes 19 se reportó el deceso del Ingeniero Alejandro Javier García Jiménez, quien fuera primer edil durante el periodo 2017-2018, por el partido Renovación Social.

Que en Paz Descansen.


sábado, 16 de enero de 2021

El año de la peste en San Antonino





(Foto antigua proporcionada por Fernando Santiago: San Antonino. sin fecha)

No es la primera vez que hay un elevado número de muertos en San Antonino.

En 1915 se registraron dos o tres deceso al día por causa de la tifo o peste que asoló a varias regiones de Oaxaca.

Estos acontecimientos fueron registrados de primera mano en San Antonino y también dan cuenta de la generosidad de nuestros paisanos que apoyaron a mucha gente que llegó al pueblo en busca de ayuda y alimentos.

La primera referencia se encuentra en lo que denominamos “El Memorial de San Antonino” y que es una relación en la que los presidentes municipales consignaban el nombre de las autoridades municipales de cada año, así como algunos acontecimientos relevantes desde 1760 y hasta 1946. (A la copia que conseguí le faltan muchas hojas).

La segunda referencia son las “Efemérides: Sucesos ocurridos en el siglo XX en la República Mexicana” que es una relación de acontecimientos nacionales compilada por el músico y compositor de San Antonino Laureano Santiago Pérez, que vivió más de cien años y que menciona varios acontecimientos que le tocó er durante su niñez en San Antonino y que reproducimos aquí.

El mal augurio de la plaga

En 1913 una plaga de langostas proveniente de Centroamérica ingresó al territorio nacional causando estragos en estados del sur y llegó también al istmo oaxaqueño.

En junio de 1914 esa plaga llegó a San Antonino, Don Laureano Santiago recuerda que entonces él era niño y comenta: “Eran una cantidad enorme de animales que tapaban o cubrían el sol, como las nubes que oscurecen el día. En esa temporada las milpas estaban ya grandes, unas espigando y otras jiloteando y en dos o tres horas las langostas acababan con ellas, hasta el ras de la tierra. Al ver esto el señor presidente municipal ordenó a los maestros que sacaran a todos los alumnos de la escuela para llevarlos al campo a espantar a las langostas. En agosto del mismo año desapareció la plaga, pero dejaron en los campos la huevera como los chapulines.”

La hambruna que provocó enfermedades

Como consecuencia de que la plaga de langostas dejara sin alimentos a los pueblos, en 1915 se desató una hambruna general y como consecuencia de ésta apareció el tifo o peste.

El Memorial de San Antonino se refiere a esta hambruna como “espantosa”, refiere que subió el costo de los alimentos y el maíz alcanzó un precio de tres pesos plata. En apoyo a las familias, el gobernador emitió billetes del estado, pero fueron rechazados en San Antonino, por lo que el pueblo fue multado y todos se cooperaron para pagar la multa.

Señala el Memorial que ese año se desató una epidemia de tifo y que en la galera del mercado de esta Villa(de San Antonino) apareció un campamento lleno de vecinos de distintos pueblos y había desmayados y dos o tres muertos al día en busca de auxilio. Como la enfermedad atacara también a otros pueblos, el gobierno del estado dispuso prohibir los funerales y los entierros con música y con acompañamiento de sus familiares, se canceló la fiesta de “Todos Santos” y se prohibieron las visitas al panteón.

La proverbial generosidad del pueblo de San Antonino

Don Laureano Santiago refiere que las familias de San Antonino hacían tortillas para regalárselas a los vecinos de los pueblos vecinos que llegaban al pueblo en busca de auxilio, pero como eran muchos, se tenía que revolver el maíz con garbanzo para que alcanzaran las tortillas que les daban con frijoles, calabazas y elotes asados con leña. Los campesinos juntaban también guamuches verdes y semillas de “rompecae” para mitigar el hambre.

Pese a esos esfuerzos, en la galera del mercado municipal amanecían hombres, mujeres y niños muertos por el hambre. Aunque tenían con qué pagar, no había quien les vendiera ni una cabeza de cerrillo, por lo que las mujeres del pueblo tapaban la lumbre en la noche para conservar el fuego.

Los campesinos hacían lumbre con varas de chamizo y un pedazo de palo y zacate secos.

Los muertos vivos

Cuenta Don Laureano que después de la época de lluvias nacieron en los campos las langostas tiernas, por lo que se organizó la junta de vecinos del pueblo, para juntar costales de langostas y tirarlas en un hoyo muy grande que se hizo en el cerrito de San Antonino, también conocido como “Dany Shachi”. Pero con el tiempo y el calor los animales se pudrieron y de ahí surgió la peste, que en zapoteco le decían “Shidy-Rub”.

Era tan elevado el número de paisanos muertos por la peste, que la autoridad municipal ordenó a los policías que donde encontraran a una persona inconsciente de una vez se enterrara, previo aviso a sus familiares, y cuatro policías lo enterraban en el panteón, sin la presencia de su familia en para evitar contagios.

El tiempo pasó. La langosta y la epidemia se erradicaron.

Asimismo, se normalizaron los funerales y los entierros en el panteón y era común que quienes tenían familiares en una tumba, la abrían para enterrar a su siguiente familiar fallecido.

¡Qué terrible sorpresa se llevaron las personas cuando encontraban que sus muertos de la epidemia aparecían en la fosa de costado, otros boca abajo y otros encogidos: ¡Los habían enterrado vivos!

Este último suceso también fue consignado por la prensa de la época en Oaxaca, ya que existen testimonios donde algunos que fueron enterrados en criptas sobre la superficie, lograron salir de sus tumbas y regresar vivos a sus domicilios.