martes, 17 de enero de 2012

Leyenda del Diablo Prestamista

Es normal.

Un pueblo que históricamente ha tenido gente que se dedica a prestar, no podía omitir una leyenda precisamente sobre la gente que presta.

Cuentan los mayores que allá por el Cerrito de San Antonino--donde suceden cosas inexplicables y se ven fenómenos con frecuencia---, hay un pastor muy elegante, motivo por el cual le dicen el catrín.

El catrín viste ropa impecable, de cuero y de color oscuro y para ser pastor tendría que ser el diablo por el rebaño que tiene.

Su fabuloso rebaño consiste en un conjunto de personas que le pidieron prestado y que al no poderle pagar  se esclavizaron, dedicándose a lavar oro, en las piedras gigantes que se encuentran en las faldas del cerro.

Dicen que a lo lejos se ve un auténtico rebaño de borregos, pero cuando uno se acerca, la propia gente a la que se creía desaparecida, habla pidiendo auxilio para liquidar su adeudo y obtener la liberación de su alma.

Varias personas que se pensaba incluso que ya habían muerto, realmente se encontraban separando el oro de las impurezas, sobre las misteriosas piedras y esperando que alguien que los conoce se acercara para brindarles apoyo y así liberarse.

Que ese es el origen de las inexplicables marcas que se encuentran sobre las piedras gigantes del cerro de San Antonino.

Escalofriante.



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