viernes, 8 de abril de 2011

Tesoros ocultos

Son varios.
Algunas personas de San Antonino son herederas de algunos objetos de arte antiguo de carácter religioso.
Tratándose de un pueblo de campesinos comerciantes, antaño invertían en la adquisición de objetos que resaltaran su religiosidad.
Hoy en día, algunos de esos vestigios están repartidos y sufren el deterioro natural del tiempo.
Beto, que conoce a las familias que conservan todavía algunos objetos valiosos, me mostró el extraordinario Jesús crucificado antiguo que tiene en su sala.
Es de madera y tendrá unos dos metros de alto. El realismo de su expresión es impresionante. Cada detalle de su rostro transmite la psicología del sentimiento propio de esa figura y hace que uno se sienta en un entorno más religioso.
Beto menciona las figuras que él tiene conocimiento que poseen algunas familias y dice que antiguamente las personas más pudientes del pueblo tenían altares que eran auténticos adoratorios dignos de una fe comprometida.
Precisamente esos altares contaban con una figura principal, que al mismo tiempo, era la más grande y a la que se dedicaba con mayor fervor la oración de las familias.
Incluso, comenta, las familias más humildes construían altares con artesanías locales y que eran una muestra real de fe y compromiso con su religiosidad.
Casi en todos los domicilios de San Antonino hoy existen altares con el santoral católico, al que prenden veladoras y ofrecen flores.
Yo sospecho que la tradición, incluso, es prehispánica.

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