lunes, 26 de marzo de 2012

In memoriam

Cuando un ser bueno muere, hasta el cielo llora.

El pasado viernes 23 de marzo, mientras la mayordomía de San Lázaro realizaba los preparativos para la rememoración de la muerte de Lázaro, al amanecer, falleció una mujer de un paro cardiaco fulminante.

Ese acontecimiento generó una solidaridad general y una consternación especial.

Los mayores dicen que esto tiene un simbolismo especial, acaso una lectura que sólo la experiencia de los años permite identificar.

Como sea, la partida de Sara García Campos deja un vacío en los corazones de todos los que la tratamos por razones de familia y de amistad. Afortunadamente ella vive en sus nietos y en la memoria grata de quienes nos vimos favorecidos por su comprensión, generosidad y apoyo humano indiscutible.

Descanse en paz mama Sara, mi suegra.

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