Es sábado 27 de noviembre de 2010.
Por la ventana principal de la fachada del nuevo Palacio Municipal se aprecia el templo católico de San Antonino, rodeado por el extenso jardín del zócalo. Más cerca, se aprecia la plancha de concreto de la explanada municipal, que desde arriba del palacio se aprecia más pequeña. Como que el haber metido con calzador el centro de salud a un lado del municipio no fue buena idea. A pesar de eso, la explanada conserva vestigios de su antigua grandeza, como las fotos del baúl de Mamapancha, donde se ve la explanada extraordinaria, imponente, impresionante.
De pronto, el silencio de la mañana es interrumpido cuando decenas de mototaxis irrumpen en la explanada municipal.
Como si se hubieran puesto de acuerdo entran a la manera de un desfile ordenado y organizado previamente en fila india ocupando exactamente toda la explanada municipal.
Los integrantes del ayuntamiento se asoman nerviosamente por los enormes ventanales. Antes de que las autoridades pudieran reaccionar entra una comisión de representantes de siete de las ocho uniones que agrupan a 153 mototaxistas de San Antonino.
Afuera, los mototaxistas, que nunca se habían unido en una causa común, ahora estaban afuera del palacio municipal como una fuerza poderosa, algunos hacen bromas, otros contemplan expectantes aquel espectáculo de decenas de mototaxis amarillos, verdes, grises, blancos, azules, que como un enorme puño representa una amenaza real.
Mientras, en el interior del palacio municipal se registra un altercado. Lo que debió ser un diálogo político termina con un mototaxista en la cárcel municipal. La situación se pone tensa. Más tarde, con la intención de llevar alimentos al preso, otro joven mototaxista intenta ingresar, provocándose un conato de bronca.
Los ánimos se encienden. Las autoridades se hacen de gritos con los mototaxistas y salen a relucir asuntos personales. Es común. Cuando peleas tienes que sacar todas tus armas y nada más contundente que la vida personal para dañar moralmente a tu enemigo.
El encono crece y ambas partes se acercan a la ley. Independientemente de que proceda, por un lado se habla de "secuestro", aunque la propia policía municipal haya cerrado los accesos al municipio para evitar que la turba fuera a terminar con la historia de un trienio polémico. Los mototaxistas recurren a derechos humanos. "Ellos cometieron privación ilegal de la libertad" Dicen.
Los líderes de las uniones de mototaxis están molestos. "No se vale---aclaran---, que ahora este ayuntamiento que ya va de salida nos quiera cobrar mil cuatrocientos pesos de derechos de piso. Bueno, nos quieren hacer una rebaja para que paguemos solamente mil pesos por dos años. El primer año todos los mototaxistas pagamos setecientos pesos e hicimos un convenio que nunca se cumplió. Por eso el segundo año ellos ni nos cobraron y nosotros ni pagamos. Ahora dicen que como ya se les acabó el dinero para pavimentar el camino al baratillo, a hora quieren terminar la obra a nuestra costa. Si la tienda Aurrerá quedó de pavimentar ese camino para qué quieren más dinero. No nos negamos a pagar, más bien estamos en contra de que por culpa del municipio ahora paguemos al gobierno del Estado hasta siete mil pesos por el emplacamiento, la revista y todos esos impuestos que nada más sangran nuestra economía. Esto ya no es negocio y por si fuera poco, el ayuntamiento está generando una competencia desleal porque por ahí se dice que ya dio la anuencia para que una unión de mototaxis aumente a 25 carros, además de que supuestamente ya otorgaron 12 anuencias para servicios de pasaje mixto y 20 anuencias para taxis, con motivo de la tienda Aurrerá que se va abrir. No se vale. Lo único que queremos es que nos dé información verdadera. El síndico nos recomendó que ya ni paguemos, que es cierto que ya se expidieron las anuencias. Por qué hacen las cosas a escondidas?"
Detrás de los ventanales se escucha la voz de las autoridades municipales. "Esas gentes no quieren pagar un derecho que les obliga la ley. Sabemos que ellos se muestran muy dispuestos a colaborar con otras acciones, pero nunca con el ayuntamiento. Están manipulados por algunos lidercillos y por gente de dos partidos políticos. En dos años se negaron a pagar. La ley está de nuestra parte. Además ya les hicimos una rebaja, les estamos condonando parte de su adeudo. Se aprovechan del fin del trienio para sacar ventaja."
Por un extrremo de la explanada va pasando una mujer que camina con un canasto sobre su cabeza y mirando con coraje dice: "Con razón no hay mototaxis. Pero ya es tiempo de que pongan orden porque a la hora de la comida nunca hay un mototaxi que te transporte. Si llegas noche de Oaxaca encuentras vacíos los sitios de mototaxis. Seguido encuentras mototaxistas que manejan borrachos, hay mototaxistas que si les caís gorda nomás no te levantan y también muchas veces he visto cómo los mototaxistas les faltan el respeto a las señoritas. ya es tiempo de que la autoridad los meta en orden. Yo tengo mi negocio y también gasto. Si quieres ganar tienes que invertir. Aquí en San Antonino somos comerciantes y sabes que si algo no te deja, de pendejo sigues ahí metido."
Y algunos mototaxistas sonríen avergonzados mientras la señora apresura el paso por la enorme plancha del zócalo que llena de mototaxis parece un día de fiesta.
San Antonino Castillo Velasco pueblo zapoteco originario de valles centrales, de gente creativa y trabajadora, de gente honesta y de buena ley. Es cuna del Jarabe del Valle, pueblo de hortelanos y floricultores. De su cocina son las empanadas de amarillo y entre sus artesanías está el bordado "hazme si puedes". San Antonino es un pueblo que a la manera del río caudaloso va dejando a su paso la simiente generosa de la grandeza humana.
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