domingo, 30 de octubre de 2011

Día de muertos

Es fantástico.
Existe un ambiente propicio para festejar a los que se han adelantado al más allá.
Prácticamente todo San Antonino huele a pan de muerto; a flores de los más variados olores y diseños y a mole, chocolate y frutas.
El mercado local desde la madrugada tiene un gran movimiento de mercaderes y de consumidores que vienen de todo el distrito y de lejanos lugares a surtirse de flor y de pan, principalmente.
También, vendedores de los pueblos de Miahuatlán, Ejutla, Zimatlán, Tlacolula, de la Sierra, traen sus productos a ofertar en un mercado histórico.
En este marco, el padre Manuel Maya, originario de San Antonino Castillo Velasco, realizó la misa del medio día este domingo, que está dedicada a los niños--que abarrotan el templo---, y enfatizó los valores que deben llevar como guía del buen ciudadano y del buen católico.
Con esta grata presencia, arrancan las festividades de muertos.

 

martes, 25 de octubre de 2011

El Cine y San Antonino

Sí lo hubo.
A mediados del siglo pasado, en una casa que se ubica atrás del mercado de San Antonino se proyectaban películas a bajo costo. Primero fue el cine de Mino Díaz, vecino de Tocuela, que proyectaba películas de cine comercial de la época. Luego fue el "Cine Aragón" que de igual modo, llevaba su proyector y sobre una gran manta blanca proyectaba películas del momento.
Otra expresión de cine fue introducida por el padre Alberto Ostiz, que en el patio de la iglesia proyectaba películas de corte católico.
Acá hay una familia de bordadoras a las que se filmó en San Antonino y cuya cinta dicen que se proyectó durante largo rato en los noticieros que antecedían a las películas en México y en Estados Unidos.
Por cierto, en la película "Los Hijos de Sánchez", se representa una boda y la banda toca la marcha que antecede al Jarabe del Valle. 
Otro detalle relacionado que noté en un video de un programa de música de tv por cable, corresponde al grupo Abba, en el que hay una canción cuyo nombre no preciso, pero la solista rubia lleva puesto un traje típico de San Antonino.
Es seguro que haya mucho más.
Actualmente han cerrado dos negocios de alquiler de películas y en cambio han aumentado a cuatro los negocios de venta de películas piratas.
Los paisanos ven mucho cine.




martes, 11 de octubre de 2011

La lección de Leónidas

De todo se aprende.

Leónidas es el mote de un respetable varón en plenitud que se hospeda en la Casa Hogar "San Lázaro" de San Antonino, con el que casualmente hablo mientras espero a alguien ahí.

Accede a platicar con el interés del médico que va a practicar una autopsia para esclarecer un crimen.

Mira sonriente con su desdentada boca y responde como él quiere, no lo que podría uno esperar.

Cuenta historias difíciles de creer. Dice que sabe manejar aviones. Que en la época de Carranza el mató a 35 soldados con una granada de mano que envío con una paloma a su campamento. (Desde aquí me doy cuenta de que solamente se quiere divertir conmigo).

Me pide un dulce. Afortunadamente le convido unos chiclets que mastica pausadamente.

Siempre de sonrisa alegre, me dice que estuvo casado siete veces y que todas las veces se le murió la mujer. Presume que tiene ahora una novia muy hermosa de 15 años que está esperando gemelos de él.

Me dedico a escucharlo con interés y respeto.

Dice que una vez se cayó en un pozo profundo, pero lo salvó una serpiente alargadísima que utilizó como mecate para salir de ese lugar.

El tiempo apremia, me disculpo porque la persona que espero no está. Sonríe y cuando voy de salida alcanzo a escuchar que le comenta a otro respetable varón, refiriéndose a mí: "Este cabrón se cree todo lo que le cuentas" y se ríe alegremente.


martes, 4 de octubre de 2011

La cena del fin del mundo

Tuvieron que morir.

Hace un par de años, de manera gradual y permanente, invadieron prácticamente todo el mercado municipal de San Antonino Castillo Velasco.

La mayoría eran perros callejeros que habían encontrado en el mercado local su nuevo hogar y además alimento, ya que los comerciantes, generosamente les obsequiaban desperdicios.

Pronto fue creciendo la población canina y junto con éstos, los problemas de ataques a personas, peleas entre perros, perros enfermos que daban un espectáculo lastimero y asqueroso. Hasta que hubo más animales que personas y las quejas de los clientes no se hicieron esperar.

Hubo que aguantar durante mucho tiempo los prejuicios de los defensores de los animales, que evitaron a toda costa agredir, correr o lastimar a la fauna perruna que había hecho de los puestos sus camas por las noches; de los pasillos del mercado sus nichos malolientes y de las entradas al mercado sus espacios para defecar. Junto con ellos se incrementaron de manera alarmante las moscas.

Cuando la tolerancia llegó a su límite, los mercaderes consideraron oportuno meter orden y generosamente repartieron suculentos pedazos de carne envenenada por todo el mercado, como en una cena del fin del mundo. Como era evidente, los perros callejeros no dejaron ninguna sobra y a la mañana del día siguiente aparecieron perros muertos regados por todo el mercado. Era triste ver casi llena la camioneta que se los llevó al tiradero municipal.

Una vez restablecido el orden, pasaron algunos años y nuevamente se ha multiplicado la población canina. Hoy en día los comerciantes discuten si será sano promover una nueva cena mortal, lo cual se ve difícil, porque mucha gente se opone.